
Esta planta es originaria del sur de África, y la medicina popular utiliza el de sus raíces secundarias, que tienen un sabor amargo típico. Las propiedades del harpagofito se conocen hace mucho tiempo, y la planta permite un uso tanto externo como interno.
En definitiva estaría indicado para: artritis, reumatismos, traumatismos, artrosis, dolores musculares y de espalda, inapetencia, disfunciones del hígado y la vesícula biliar, espasmos gastrointestinales, gota y problemas prostáticos, y como precauciones su uo estaría desaconsejado en caso de úlcera, problemas intestinales (colon irritable, enfermedad inflamatoria intestinal) y obstrucción de las vías biliares y se recomienda evitar su empleo durante el embarazo y la lactancia y no debe suministrarse a niños menores de dos años.